en el silencio de la noche,
los ojos desventurados de un niño triste,
aquel que busca incesantemente compañeros de juego
para redimirse del tedio infinito.
Tu tristeza niño nos lleva al pozo del vacío,
al pozo de la nada;
lo absurdo que resulta la vida ante los ojos de un niño triste.
Caprichoso tu deseo y azaroso mi futuro.
Azaroso a tu voluntad y de obligada caducidad.
Adornó el Divino nuestras vidas,
como cuento infantil para el niño triste,
que juega y juega sin parar.
Así no pare el tiempo, el niño perdurará.
Y vida tras vida el niño triste, viejo ya.
Todas nuestras vidas se cobrará.
Hermoso poema ,palabras muy profundas y exactas lo leo una y otra vez y me emociona cada palabra escrita ahi Felicitaciones !!!
ResponderEliminarMUY BUENO GUAPO
ResponderEliminarLa pureza de los niños les hace vivir la tristeza en toda su sinrazón, también la alegría. Bonito poema.
ResponderEliminarhermoso su poema
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