Dolorido y perdido,
arañando segundos al reloj,
solitario y desconcertado,
robando bocanadas de aire a la vida.
En esencia el camino conduce a la nada,
para qué dilatar tanto sufrimiento,
para qué demorar su llegada.
Libre de equipaje, piel y sentimiento.
Sin razones, sin paradas.
Estaciones fuera de servicio,
último tranvía de madrugada,
camino al obscuro túnel del precipicio.