A esa muchacha
A esa muchacha
de piel clara y ojos de miel.
A esa muchacha
que anduvo siempre revoloteando
en mi pensamiento;
le brindo la oportunidad de dejarme envejecer a su lado.
Por más que la mano se me llene de ti
para escribirte, para recordarte, para acariciarte,
nada explica este sentimiento tan lleno de ternura
y pasión que siempre me acompañó allá dónde fuere.
A esa muchacha
producto de una ensoñación,
o quizás
tan real como el latido de mil corazones.
Te seguiré viendo recostada a mi lado,
dormida en la marea de la alcoba
tan frágil como una hoja a merced de la tormenta.
Me ahogaba cada noche con la caricia de su perfume,
en la carne sagrada de su cuerpo,
esperando la inefable llegada de la mañana.
A esa muchacha .
©Toni Aznar
Derechos Reservados
31 de Octubre de 2.016
Hermoso poema el amor de su vida, expresado con una dulce alegría.
ResponderEliminarBello poema maestro.