Frío perenne,
sábanas blancas,
pijamas azules.
Residencia vitalicia
de la dama obscura.
Pasillos interminables,
celdas de dolor y angustia.
Prisioneros, lacayos de la injusticia.
Siempre la misma pregunta:
A mí, por qué…
¿ Qué mal hice para merecer esto ?
Rabia, ira, impotencia.
Mundo infernal
de agujas
y pruebas interminables,
rayos de esperanza
en la voz austera
de hombres de ciencia,
búsqueda agónica
de señales divinas.
Frío adosado
que mata y quema,
que te congela el alma,
que te devora
en las entrañas del Infierno.
Toni Aznar
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