Noche de hotel
Abandona los brazos de Morfeo.
Despierta, regresa a la vida.
La cama está casi helada
y las sábanas amontonadas
y sucias…..
se desbordan por el contorno del altar amatorio.
Por los cristales del ventanal
se cuelan los primeros rayos de luz.
Llega el amanecer,
con él huye la oscuridad,
el perfume rancio y las medias de mujer.
Alimentas la desazón
del venidero día de trabajo.
Duro día, largo, espeso.
Nostalgia de la noche vivida
que aún puedes tocar.
Las agujas del reloj
ajenas a tu voluntad
siguen abocando tu destino
a romper la magia
del placentero baile
de los cuerpos desnudos.
Suena el teléfono,
el conserje del hotel
te devuelve a la realidad.
La luz, el canto de los pájaros,
el rugir de los primeros motores,
las pisadas aceleradas
camino de la boca del metro,
el barrendero amontonando
las hojas de los plataneros.
Ya es jueves y ella se ha desvanecido.
Traje, corbata y a rodar.
Toni Aznar
Derechos Reservados
Septiembre 2.011
www.taznar.blogspot.com
Bonitos versos en noche de hotel.
ResponderEliminarUn beso.
Contrastes de la vida, sueños, deseos y pesares. Dia y noche Mayúsculos mundos que definen las medias de seda por trajes y corbatas que aprietan hasta el aliento. Muy bello poema, gracias.
ResponderEliminarCuanta inspiracion¡¡¡ quien no ha vivido algo asi?? hermoso...
ResponderEliminarEl final de una noche de pasión, y el comienzo de un nuevo día de rutinario hacer. hermoso. Saludos cordiales.
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