La gravedad
Ascendiendo en el Citroen, destino a la cumbre. Nunca me
gustaron las alturas, ni las curvas, ni los coches. Antes de hacer un viaje
reviso la ruta minuciosamente, buscando el trayecto más llano y más recto
posible. Sin embargo, hoy aquí estoy; enfilando una carretera serpenteante
cuesta arriba. He de reconocer que el paisaje es maravilloso, pero esta
angustia que siento me impide disfrutarla al ciento por ciento. Lo que tiene
que hacer uno por satisfacer a las personas que quieres. Intento disimular el
espanto, intento dibujar una medio sonrisa para confundir a los testigos; no sé
si lograré conseguirlo. Con el corazón encogido, las manos húmedas y la espalda
sudada, con ese sudor frío, ese temblor de piernas; sólo puedo oír el latido de
mi corazón que por momentos amenaza a escaparse por la boca. Miro hacia arriba
y ya puedo ver la cima, quedan pocos kilómetros, sólo deseo llegar y olvidar
este tránsito de gravedad interminable.
03 Marzo 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario