las mil caras

las mil caras

domingo, 27 de noviembre de 2011

Bosquejos


Bosquejos




Llega la noche y el viento


suspira, mece las hojas del castaño


y susurra con su voz gastada,


la llegada de los hijos de la luna.


Olor a jazmín, perfume tardío


de aguas estancadas,


musgos, ranas y hojas muertas.





Llega el día y el viento


sosegado, acaricia las hojas de la higuera


y balbucea con su voz renovada,


la llegada de los hijos del sol.


Olor a rosas, perfume luminoso


que fecunda,


azul que es patria, flores y aves.







Toni Aznar
Derechos Reservados
Noviembre 2011



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sábado, 26 de noviembre de 2011

Lydia la isleña ( parte 1 )



Nació en pleno auge de la revolución socialista, la revolución popular, sus vidas eran instrumentos del partido para hacer florecer los ideales socialistas. La individualidad era el cáncer de las sociedades capitalistas. Por eso en la Isla el Estado te proporcionaba todo lo necesario para poder vivir “dignamente”.

En ese preciso instante nació Lydia, en el seno de una familia humilde, humilde en un Mundo dónde la humildad era padecer los males de la pobreza, necesidades e incluso el hambre.

Un habitáculo de adobe de unos veinte metros cuadrados escasos, sin adornos ni florituras, tres camastros en medio de la única sala, camastros viejos y molidos de soportar el peso de varias generaciones de Robles y Matas.

Para ellos no hubo cambios significativos, vivían como vivieron sus abuelos y demás ancestros desde la llegada de los españoles a la isla.

A Lydia le sorprendió la vida mientras Isabel lavaba la ropa de rodillas en la acequia, llegó de repente sin previo aviso, al igual que vivió el resto de toda su vida.

Ese treinta de marzo, Pedro Robles, padre de la criatura, trabajaba las tierras del lago, tierras que años antes eran propiedad del terrateniente Don Maximiliano, el hombre más rico e influyente de toda la Isla y ahora en manos del Estado, las jornadas de trabajo eran las mismas, de sol a sol.

Avisaron a Pedro y salió raudo y veloz como el rayo, cuando llegó, vió atónito y perplejo aquel cuerpo más pequeño que un  grano de avena, esquifido, de color oscuro y una mata de pelo inverosímil para un recién nacido. Isabel de cuarenta y cinco años y Pedro de cincuenta y dos, cruzaron sus miradas sin mediar palabra alguna, ambos pensaron lo mismo, el destino les ponía otra prueba más, sacar adelante el infortunio de tener otra boca más que alimentar.

A pesar de todos los pesares aquel grano de avena fue creciendo y haciendo más viejos a los que la rodeaban, todos los inconvenientes de su llegada al mundo forjaron a un ser extraordinariamente vivaz, ingenioso, y con una sensibilidad fuera de lo común. La familia en pleno, daba día sí y día también gracias a Dios ( con permiso del partido ) por el nacimiento de la niña y la transformación de sus vidas.



Toni Aznar

sábado, 19 de noviembre de 2011

Nostalgia



Nostalgia

Su juventud, la mía.
Las arrugas que dibujan mi rostro
y las canas que engalanan mi cabello
su consuelo.
Sobre su piel borrosa en mi recuerdo
clavo como aguijón de avispa
mis labios, invocando
el sueño de las fugaces noches
de pasiones y deseos .
Muchos cuerpos acompañaron
mis estadas en pensiones,
posadas, hoteles y cuartuchos,
siempre buscando
ese olor,
ese sabor tan nuestro.




Toni Aznar
Derechos Reservados
Noviembre de 2.011
Fotografía: Richard C Miller ( nude, 1949  )
Safe Creative #1401189850001

sábado, 12 de noviembre de 2011

Crepúsculo


Crepúsculo


Paisaje , fuego incandescente.
Casas blancas teñidas de sangre
por los rayos ingrávidos del horizonte.
Resplandecen como ascuas
sollozando su derecho a la vida,
contenidas en el silencio de sus muros,
en las raíces de sus patios.
Siempre temerosas de cruzar
 el umbral de la muerte.


Tras el rojo de sangre y fuego,
llega el gris y negro de la noche,
neblina,
 preámbulo de la oscuridad.



Toni Aznar
Derechos Reservados
Noviembre 2.011

www.taznar.blogspot.com



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viernes, 4 de noviembre de 2011

Dona (sentiment viu)

                       

Dona ( sentiment viu )





Els teus ulls conjur del meu voler,
camp sembrat de blat verd,
refugi d'aloses en el capvespre
condemna voluntària i perenne.

La teva boca frontera de la paraula,
que no és teva i si meva
dolça, permissiva i desitjada
llavis i petons ufanosos de vida.

Les teves mans paradís de les meves carícies,
desdeny dels somnis més atrotinats,
ràpida agitació desmesurada
instints agònics i atropellats.

El teu cos el meu còmplice insaciable,
sempre famolenc i sincer,
captaire, servil implacable
prec pel teu sexe lleuger.

Toni Aznar