La
chica del metro
Estabas sentada en el andén,
esperando el tren que siempre llega
tarde.
Tu pensamiento ausente,
en otro sitio, en otro lugar.
Gente a tu derecha e izquierda,
pisadas de mil colores,
colonias, sudores, y arrumacos.
Surge la luz del interior del túnel,
no lo ves, pero el estruendo
te hace regresar, miras
y buscas esa mirada
que hace un momento se clavó
en tu corazón.
Son las ocho y diez minutos.
Subes al vagón, te colocas
en el asiento libre que hay junto a la
puerta.
Extraes la novela de todos los días,
y comienzas a leer.
La lectura no consigue hacerte regresar,
continúas atorada en esos ojos verdes.
Son las ocho y cuarto.
Han pasado tres estaciones,
y ha caído un capítulo más,
la emoción deja paso a la decepción.
Quizás en el regreso,
talvez antes de terminar el capítulo siguiente.
Quizás jamás.
Pero la chica del metro, siempre
buscará esos ojos verdes.
Son las ocho y media.
Toni Aznar
Derechos Reservados
Enero 2.012
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