Mi admirado
Miguel
¡Qué muerto más vivo!
¡Qué muerto, menos muerto!
¡Qué sueño tan despierto!
Este Miguel que canta
sonetos
después de muerto.
“No es posible perdernos.
Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con
los dos, fecunda”.
¿Qué tuberculosis de odio
segó tu pluma?
Tuberculosis asesina,
que heló tu sangre.
Versos de cebolla
hambre libertaria,
lagrimas podridas
en las cuencas de los ojos
de esos niños yunteros.
Miguel,
¡Qué muerto tan vivo!
Vuelan tus cantos
en este país
que perdió sus alas.
Toni Aznar
Derechos
Reservados
Octubre 2.012
No me cabe la menro duda que, mnuestro amado poeta, allí dónde esté, estará orgulloso de leer tus letras.
ResponderEliminarEres uno de los mejores poetas contemporáneos que conozco. Gracias por compartir, tu esencia de una forma tan humilde. Bss, Ann@