Madre
Sentada en la mecedora,
con la vista perdida en el infinito,
balanceas los pies
-las manos en el regazo
entrelazadas-
Tu rostro
todavía terso,
todavía hermoso.
El pelo recogido
en una larga cola,
un manto de nieves
coronan tu cabeza.
Un día fuiste rayo,
un día fuiste
aliento incansable.
Hoy sombra.
Hoy silencio.
Lloro por el cuchillo
que quebró tu vida,
que te alejó de nosotros,
que te llevó
no sé a dónde.
¡ Madre regresa ¡
Bésame,
acaricia mi frente.
Cuéntame un cuento.
Alójame en tu pecho
y sálvame de esta angustia,
y de este sufrimiento.
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Marzo 2.013
Esta poesia me mata que bello como nuestras madres solo una un aplauso poeta
ResponderEliminarMe ha sobrecogido, los primeros versos no advierten de lo que vendrá después. Es tan hermoso como triste. Es desolador, pero un gran poema.
ResponderEliminarMe encanta tu estilo, es muy apasionada la manera en que las palabras crean las imágenes cuando leo tu poesía.
ResponderEliminarBellísimo homenaje .. me ha conmovido ..
ResponderEliminarUn cálido abrazo
bueno sip sin duda alguna eres un gran poeta
ResponderEliminarPrecioso y muy emotivo, Toni.
ResponderEliminarUn beso.
Conmovedor poema, Me quedo en tu rincon.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo
Muy hermoso tu poema, me emocionó. Besos poeta.
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