De boca en boca
Su dolor fue de boca en boca
hasta llegar a mi lar.
Se levantó una muralla
de latidos,
una prisión sin perdón.
La muerte se fue con ella
y nada lo pudo cambiar.
Ni besarla con mis ojos,
ni acariciarla con mis aletas
dieron aliento a su deambular
por la oscuridad.
Respirar por las branquias,
nadar sin parar.
Espinas de pez,
escamas y sal.
El silencio que calla su lengua
y la luz que de sus ojos entrega,
ya nada lo pudo cambiar.
Su dolor fue de boca en boca
hasta llegar a mi mar.
@Toni Aznar
Derechos Reservados
Julio 2.013
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