Violenta caricia
A la hora de la tormenta
muchas son las flores
que cuando estalla
el relámpago
no dejan libar
a la abeja asustada.
A la hora de la tormenta
oigo mi voz
como un lejano dolor;
flotando en el vacío
entre el azote del viento
y el cansino llanto de la lluvia.
A la hora de la tormenta
me envuelvo en su velo,
y bebo los delirios
sagrados de los cielos;
fresca ráfaga, violenta caricia
que el pecho acongoja.
@Toni Aznar
Derechos Reservados
Diciembre 2.013
Bello! Gracias
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