Pálpito mortal
Llegado de la sombra y de la carne,
no era sombra ni carne, sino pálpito mortal.
Conocía la sed, su garganta seca
envuelta en un pozo de aguas tibias.
Sabía de amor, su corazón henchido
de sangre, puños cerrados y brazos abiertos.
Su vientre, la cuna del hambre.
Heridas llenas de palabras y voces mutiladas.
Cuchillo afilado que te rapta
del mullido regazo;
corte que te condena hasta que se pudra la carne
y se pulverice la sangre.
Llegado de la sombra y de la carne,
no era sombra ni carne, sino pálpito mortal.
@Toni Aznar
Derechos Reservados
Mayo 2.014
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