Genética cromática
Heredo de mis ancestros del norte:
los ojos claros y el trigo en mis cabellos,
la tez blanca y en muchas ocasiones
el juicio estrecho.
De mis antepasados del sur:
el corazón grande y la sangre espesa,
el amor al arte y en muchas ocasiones
la cólera y la lujuria.
Sin desprecio
con respeto y admiración
aprendo de mis mayores.
Sucumbo ante su criterio,
ante su deseo de escalar montañas,
de besar las nubes pirenaicas.
De bajar a las profundas aguas
del océano Atlántico.
El viento de Levante
las aguas de Alborán.
En estos genes viaja la Luz,
viaja la policromía de todas las tierras
y de todos los mares.
De todos los cielos,
de los dioses inventados.
De la fragua de la carne
del odio resignado.
Yo, poeta;
hijo de la sed
y del hambre,
me declaro fruto
del azar y de la sangre.
Derechos Reservados
Febrero 2.013
www.taznar.blogspot.com.es
me gustó mucho Toni... abrazos...
ResponderEliminarImpresionante.
ResponderEliminarSomos fruto de lo que desprenden hacia nosotros los hombres en los que desde niños nos fijamos
Muy bonito. Saludos
ResponderEliminarHERMOSO...EXCÉNTRICO Y MUY BIEN DISTRIBUIDO JA JA JA JA¡¡¡.-UNA CHULADA!!!.-
ResponderEliminarBello poema, como siempre. Un saludo.
ResponderEliminarMe siento bastante identificado, pues mis raíces se dividen a partes iguales entre el norte y el sur de España, también entre dos distintos mares y diferentes montañas. La imagen es muy bella.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Es inevitable eludir a nuestros, porque llevamos patente sus rasgos y sus sentimientos.
ResponderEliminarNadie mejor que tú para recordárnoslo. Un poema muy hermoso. Ann@
Tus genes tambien son poesía. Preciosas letras. Besos.
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