Mi amiga Maribel
De par en par, tengo abiertas
las puertas y ventanas de mi morada.
De par en par, mi quejido
cruza la frontera de tu silencio.
La palabra de tierra y roca
y tus versos de cenizas;
allí ardieron en la llama
purificadora,
en el fuego redentor.
Ya por siempre tatuados
en el polvo de tus huesos.
De esas migajas
que tú dejaste
comerá este poeta.
Versos escritos
en noches insomnes,
versos sin rima
escritos con gotas de sangre.
Versos que despuntaban
las albas
desgastados los días,
dejando en ellos
ese tiempo que ya no te pertenecía.
Tuve el honor
de aprender de un ángel.
Tuve la suerte
de encontrarte.
Por eso dejo abiertas de par en par
ventanas y puertas;
por si decides regresarte.
@Toni Aznar
Derechos Reservados
Noviembre 2.013
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