Aguas grises
Tras muchos años de amor
y en pareja, hay hombres
que se mueren sin amar.
Que cruzan el río Aqueronte
en los brazos del barquero,
sin haber conocido que el amor
no sabe pleitear mientras pleitea,
y pierde el hambre cuando
el estómago ronronea.
Ni el propio Caronte
sabe consolar
a esos hombres
tristes, sombras
reflejadas en las aguas
grises del río de los difuntos.
El único que vence
el abrazo de la muerte;
es aquel que cuando
le toca cruzar el río
ha vivido en otro ser
y deja el legado del amor.
@Toni Aznar
Derechos Reservados
Mayo 2.013
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